Experimento fotográfico verdad tras la Cajita Feliz de McDonald’s | Farandula y Noticias
lunes, 30 de agosto de 2010

Experimento fotográfico verdad tras la Cajita Feliz de McDonald’s

Un alarmante experimento de la fotógrafa neoyorquina Sally Davis dejó en evidencia la inquietante verdad tras las comidas de McDonald’s, específicamente de la popular Cajita Feliz, tras evidenciar que luego de 137 días encima de su velador, la hamburguesa se mantuvo casi inalterable.

Por medio de las instantáneas se puede ver que, a 4 meses de comprala, la cajita no presenta signos visibles de enmohecimiento, putrefacción o alguno de los otros procesos que son comunes cuando se deja la comida fuera del refrigerador. Esto, sirvió a Davis para demostrar a primera vista su hipótesis: que la comida de dicha empresa es lo suficientemente artificial y que presuntamente abusaría de los conservantes.

Eso llevó a muchos, como el bloggero Mikel López de El País, a plantearse la interrogante: ¿qué se esconde tras la fabricación de esta comida chatarra ingerida por millones de niños alrededor del mundo?.

Según afirmaron los voceros de McDonald’s, a modo de desmentir una entrada del blog BabyBites que daba cuenta de la artificialidad de sus productos, “La carne de nuestras hamburguesas no lleva conservantes añadidos (…) Las piezas enteras de carne se mezclan y pican siñ añadir grasa, aditivos o conservantes”, a excepción de sus papas fritas que tienen los conservantes ácido cítrico y tertbutilhidroquinona.

Pero los responsables del artículo se preguntaban qué ocurría en realidad: “Desde una perspectiva científica, por la manera en que se procesan las hamburguesas frescas, ninguna podría tener ese aspecto después de un año a no ser que hubiera sido manipulada o congelada”.

Lo cierto es que, además de la investigación de Davis, durante muchos años los propios consumidores han llevado a cabo experimentos que no distan de los resultados de la estadounidense:

2004: sale a la luz pública el documental “Super Size Me” que muestra la evolución física de Morgan Spurlock, quien se alimentó sólo de productos de la cadena durante 30 días y subió un total de 11.1 kg. Además de comer, el protagonista guardó distintos menús en frascos de cristal con el fin de grabar su evolución. Si bien las hamburguesas se descomponían, las papas fritas no cambiaron nada.

2005: Stay Free!, una revista de Estados Unidos, comparó una hamburguesa con papas fritas de McDonald’s con otra comida igual pero cocinada en un local común y corriente. Luego de 7 días, la primera permanecía casi intacta mientras la segunda mostraba una avanzada descomposición.

2008: Karen Hanrahan, nutricionista de EE.UU., mostró en su blog la que presuntamente era una Cajita Feliz comprada hace 12 años antes, en 1996, y que mantuvo todo ese tiempo en un recipiente de plástico. Según su testimonio, sólo se desmigó de a poco y emitía el “más extraño de los olores”.

2010 (Marzo): Nonna Joann publicó en el nombrado blog BabyBites el artículo “¡Feliz cumpleaños Cajita Feliz!” donde con ironía celebraba el primer año de vida de una promoción aquirida en un McDonald’s un año antes. Nuevamente, la hamburguesa estaba casi intacta: “Nunca ha olido mal, nunca se ha descompuesto ni se ha enmohecido (…) Creo que las hormigas, las moscas y los ratones son más listos que las personas, porque no se dejaron engañar. Nunca tocaron el happy meal. Los niños tampoco deberían hacerlo”, se afirmaba en el escrito.

2010 (Agosto): un entrenador físico de Estados Unidos llamado Christian Henninng dejó al aire libre una cajita durante 3 meses y obtuvo resultados similares, es decir, ni un rastro de descomposición en la carne o papas fritas del menú.

Luego de conocer estos ensayos, López llegó a la conclusión de que podrían existir tres explicaciones a esta inusual situación: que los tests efectuados no reflejen la realidad -o incluso estén trucados-; que las pruebas se hayan realizado en condiciones favorables para que se diera el fenómeno como, por ejemplo, baja humedad o que la carne se haya secado; o que una de las cadenas de comida chatarra más reconocidas haya ocultado información durante mucho tiempo y, en efecto, sí utiliza conservantes -aunque un simple análisis sería capaz de afirmar o negar esto-.


0 comentarios:

Publicar un comentario