Paul Smith demostró al mundo a sus 33 años que la bondad y buena voluntad … ¡Aún existen! Esto, luego de viajar gratis por el mundo durante 30 días gracias al dinero y hospedaje entregado por sus propios seguidores de Twitter en su cuenta @Twitchhiker.
Por más alocado que parezca, todo partió cuando el británico se preguntó cómo podía llegar desde Gateshead, una localidad al noreste de Inglaterra, a una población sureña de Nueva Zelanda. No contaba con amigos en dichos lados ni menos con el dinero para costear tamaña expedición, por lo que la idea de interesar a los usuarios de Twitter en pagar su aventura no le pareció tan demente.Tras pensarlo más y decidir que lo haría, el ex estudiante de astrofísica le comentó la idea a su esposa Jane -con quien se había casado hace menos de una semana- y se propuso inventar atractivas reglas para que los tuiteros cayeran rendidos a sus pies y lo ayudaran a concretar su sueño.
“He seguido con interés los tweets de decenas de usuarios de todo el mundo y de ahí vino mi idea: a través de Twitter podía llegar a la gente de otros países y, a su vez, podía llegar a sus amigos y seguidores”, reflexionó Smith.
Como informaron en Periodista Digital, en un artículo de Daily Mail que cuenta en detalle la travesía de Paul quedan claras las limitaciones de su viaje que lo harían intrigante para los followers:
1.- Sólo aceptar ayuda de personas que usaran Twitter para todas las actividades que hiciera en el viaje.
2.- No pagar alojamiento o transporte durante el mes de viaje.
3.- No estar más de 48 horas en un lugar.
4.- No planificar nada con más de 3 días de antelación.
5.- Gastar el dinero sólo en comida o bebida.
6.- Regresar a casa si incumplía alguna de estas reglas, entre otras.
Finalmente, y luego de que más de 11 mil seguidores creyeran en su propuesta, Paul consiguió hospedaje, pasajes aéreos, gasolina para el auto, acompañantes y mucho dinero que desconocidos con un gran corazón fueron capaces de darle a cambio de nada.
De este modo, el británico completó su viaje y visitó una serie de ciudades hasta que llegó a su destino en Nueva Zelanda. Además, para mantener actualizados a sus seguidores, el inglés publicó constantemente nuevos tweets y fotografías con la gente que lo ayudó y otros lugares paradisíacos.
“Twitter no es una emisión en un sólo sentido sino que es una conversación de dos vías, llena de discusiones y argumentos, solicitudes y ofrecimientos de ayuda”, finalizó el hombre detrás de esta ingeniosa idea.
Agradecemos a @thegalarisette por entregarnos el dato a través de Twitter.
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