Pena, dolor, rabia y acusaciones directas al esposo de María Viviana Haeger, marcaron el funeral de la contadora realizado en un cementerio privado de Puerto Montt, hasta donde llegaron cerca de mil personas para despedirla.
Una vez que la carroza llegó hasta el camposanto, su madre Delia Masse, se negó a compartir con Jaime Anguita, y visiblemente afectada subrayó que el hombre tenía responsabilidad en el desaparecimiento y muerte de su hija.
Luego, cuando ya el ataúd estaba en la sepultura, las hermanas de Viviana también increparon al marido, quien declinó responder tales acusaciones limitándose a agradecer a quienes acudieron al funeral.
Anguita señaló que ahora lo importante es que su esposa descansa en paz, agregando que lo imprescindible es seguir adelante junto a sus hijas.
Quien no quiso sindicar directamente a su cuñado, pero dejó entrever que había participación de terceros en la muerte fue Ricardo Haeger, hermano de María Viviana, quien afirmó categóricamente que la mujer no se quitó la vida.
Salvo el momento del responso y la sepultura, ambas familias no coincidieron en ninguna parte, reavivando así las rencillas que hay desde el mismo momento en que la mujer desapareció.
Hay que señalar que en todo momento un funcionario de la Policía de Investigaciones registró audiovisualmente tanto el funeral como a los asistentes, quienes se retiraron recién media hora después de culminadas las exequias tras dar sus respetos tanto a la familia Masse, como a Jaime Anguita y sus hijas.
Fuente: RadioBioBio.cl
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