Los 10 experimentos más brutales de la historia | Farandula y Noticias
lunes, 26 de julio de 2010

Los 10 experimentos más brutales de la historia

Llegar a ciertas conclusiones científicas no debe ser fácil. Si bien algunas surgieron casualmente como la clásica manzana de Isaac Newton que permitió descubrir la fuerza de gravedad, hay otras teorías que requirieron horas, días y años de experimentaciones.


Y algunas de éstas no fueron tan inofensivas, pues en tiempos pasados hubo científicos que se esmeraron tanto en comprobar sus tesis que provocaron real sufrimiento a quienes fueron sus conejillos de indias.

Estos sádicos y en ocasiones infructíferos experimentos fueron plasmados en un listado del cientifico Alex Boase recogido por ABC.

Te invitamos a conocerlo a continuación

1. Elefantes drogados

Durante la época de 70′ comenzó a hacerse popular el consumo de la droga alucinógena LSD.

Por esto, el director del zoológico de Lincoln Park en Estados Unidos, Warren Thomas, quiso comprobar si una dosis 3 mil veces mayor que la ingerida por un humano podría incrementar la excitación sexual de los elefantes, ya que esta especie sólo experimenta esta sensación 1 vez al año.

Es así como inyectó 297 ml a estos animales, no consiguiendo su objetivo y desencadenando la muerte de éstos.

2. Soldados aterrorizados

Otro cruel experimento se hizo a comienzos de los 70′ cuando el Ejército estadounidense quiso comprobar si sus soldados eran capaces de reaccionar correctamente en situaciones extremas.

Para ello, se pidió a un grupo de 10 soldados que participaran en un vuelo de entrenamiento, pero luego de un rato cuando la nave alcanzaba los 2 mil metros de altura, se les informó que el avión no funcionaba y aterrizarían en el océano.

Y eso no es todo porque además se les entregó un formulario que decía que el Ejército no se hacía responsable si les pasaba algo malo. Aunque los pobres militares no sufrieron daños, el susto no se los quitó nadie.

3. Comprobando que la risa no existe

Durante la decada de los 30′, Clarence Leuba, un psicólogo de la Universidad de Ohio en Estados Unidos creía que la risa no era innata en el ser humano y que las personas reían por necesidad, incluso cuando les hacían cosquillas.

Para comprobar su tesis usó a su pequeño hijo y pidió que nadie lo hiciera reir.

Sin embargo, su experimento fracasó cuando su esposa se puso a jugar con el bebé.

4. ¿Por qué tienes esa cara?

Un académico de la Universidad de Minesotta, Carney Landey, quería estudiar las expresiones faciales que indican disgusto en 1926.

Para este fin, expuso a un grupo de voluntarios a una serie de situaciones incómodas y desagradables.

Dibujó líneas en las caras de las personas con un corcho quemado, les pidió que olieran amoníaco, que escucharan jazz, que vieran pornografía, que metieran la mano en un cubo lleno de sapos y que decapitaran a una rata blanca.

Tras esto, unos maldecían y otros lloraban, pero casi todos aceptaron hacerlo. El experimento demostró que la mayoría de la gente acepta la autoridad.

5. Reviviendo a los muertos

Robert Cornish, científico de la Universidad de California se obsesionó con la idea de resucitar a los muertos.

Quería lograr su objetivo inyectándoles adrenalina y anticogaulantes y luego girándolos en una rueda para que la sangre circulara.

Esto le había resultado en perros estrangulados, pero cuando iba a probar su método con un preso condenado a muerte, las autoridades no lo dejaron por miedo a que funcionara.

6. No más uñas comidas

El psicólogo de la Universidad de Chicago, Lawrence Leshan, demostró en 1942 que podía lograr que un grupo de jóvenes dejara de comerse las uñas usando mensajes subliminales.

Durante la noche les ponía un disco que repetía la frase “mis uñas saben terríblemente amargas”.

Sin embargo, el tocadiscos se arruinó y para poder continuar su experimento el mismo Leshan pronunciaba cada noche la frase a viva voz.

Consiguió su objetivo, pues casi la mitad de los adolescentes dejó de comerse las uñas aunque no se sabe si fue por el mensaje subliminal o para que el científico loco dejara de molestarlos.

7. Pavos mutilados

Martin Schein y Edgar Hale fueron 2 investigadores de la Universidad de Pensilvania que querían estudiar el comportamiento sexual de los pavos en los 70′.

Después de realizar un estudio descubrieron que estos animales no son muy selectivos a la hora de escoger pareja.

Para concluir esto comenzaron a mutilar el cuerpo de una hembra pavo para que el macho perdiera interés. Pero éste se excitaba igual incluso cuando lo único que quedaba era la cabeza en un palo.

8. Creando animales bicéfalos.

El cirujano soviético Vladimir Demikhov, hacia la decada de los 50′ comenzó a realizar horribles experimentos para crear animales con 2 cabezas.

En uno de ellos, logró formar un perro de 2 cabezas uniendo un cráneo de un cachorro al cuello de un canino raza pastor alemán.

9. ¿La fiebre amarilla no se contagia?

Stubbins Ffirth, médico de Filadelfia en 1800, aseguraba que la fiebre amarilla no era una enfermedad infecciosa y decidió probarlo en sí mismo. Se hizo cortes en el cuerpo y se echaba vómito en las heridas y en sus globos oculares.

Lo mismo hizo con otros fluidos corporales, no obstante luego se comprobó que no se contagió porque usó muestras de pacientes con la enfermedad en etapa tardía.

10. Abre bien los ojos

El profesor de la Universidad de Edinburgo, Ian Oswald estudiaba los fenómenos del sueño en la década de los 70′.

Utilizó inusuales técnicas con voluntarios, a los que les puso música muy alta, descargas eléctricas en las piernas y luces fosforescentes a un metro de ellos mientras tenían cintas adhesivas en los ojos para impedir que los cerraran.

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