Un ex funcionario del ente fiscalizador reveló que la debacle era previsible, considerando que hay una serie de prácticas que no han podido ser erradicadas.
“El Sernageomin trabaja con los recursos y facultades que el país le otorga y es lo que Chile ha querido y quiere que sea. Por ello, la abnegación, sacrificio y sentido de servicio público de su personal es admirable”, declaró al ser removido de su cargo el ex director nacional del Sernageomin, militante del PPD, Alejandro Vio. Sin embargo, las frías cifras no avalan la crítica del ex funcionario –que fue nombrado en la administración Bachellet por el sistema de Alta Dirección Pública–, considerando que el presupuesto asignado al ente fiscalizador pasó de $6.946 millones en 2008 a $12.213 millones en 2010, es decir, subió en 76%, mientras que su antecesor, el DC Patricio Cartagena, contaba con un monto de sólo $5.300 millones.
Según el senador Jaime Orpis, presidente de la comisión de Minería del Senado, los mayores recursos fueron asignados para fiscalizar el 100% de las faenas, para lo cual se requería contratar fiscalizadores, los que según el diputado Alejandro García-Huidobro, presidente de la comisión investigadora, debían ser 29, considerando que sólo hay 16 para cerca de 4.000 faenas mineras. En la zona de Copiapó, en donde se derrumbó la mina San José, hay sólo dos fiscalizadores. Ante ello, los parlamentarios presumen que los nuevos recursos se destinaron a gastos en personal.
Se Veía Venir
Un ex funcionario del Sernageomin afirmó que lo que está ocurriendo era previsible, pues en la repartición hay una serie de prácticas que no han podido ser erradicadas, y que además tuvieron mucha suerte que con el terremoto no sucediera nada. En ese sentido, destacó que “es muy llamativo que en la página web del Sernageomin haya sido sacado el informe de gestión de 2008, en donde Patricio Cartagena señalaba una serie de aspectos que debían mejorarse”. Agregando que aunque los recursos son pocos, los que hay no tienen una asignación eficiente, a lo que se suman una serie de incongruencias a nivel de recursos humanos.
Al respecto, destacó que el Sernageomin debe ser una de las pocas reparticiones públicas en que los funcionarios reciben un sueldo extra al año, el cual proviene de ventas de servicios que ya fueron pagados por el Estado. “Por ejemplo, un mapa se vende a unos $100 mil, y además se cobra por las capacitaciones, siendo que ya fueron financiadas con el presupuesto anual. Esa práctica se intentó eliminar en el mandato de Cartagena, pero hubo una fuerte oposición, pues los funcionarios argumentaron que la Contraloría la había visado y que, por ello, era legal”.
Servicio de “Excelencia”
La fuente también indicó que todos los funcionarios reciben sus gratificaciones trimestrales por cumplimiento de metas, lo que debería indicar que es un servicio de excelencia. De hecho, en el Balance de Gestión de Sernageomin de 2009 se afirma que la totalidad de la programación gubernamental se cumplió, mientras que el porcentaje de cumplimiento en las metas de fiscalización fue de 195%. Al respecto, el ex funcionario reveló que las metas autoimpuestas son muy bajas y de ahí los “notables” desempeños que muestran los trabajadores.
Además, destacó que los 349 funcionarios en 2009 fueron calificados por sus superiores en lista 1, vale decir, recibieron notas entre 6 y 7. Esto los beneficia en cuanto a posibles ascensos para subir de grado, lo que repercutirá en alzas de sus futuras remuneraciones, las que calificó como “altas”. De acuerdo al informe de ejecución presupuestaria al primer semestre, el gasto en personal de la entidad es de $6.854 millones al año, lo que implica que el desembolso promedio mensual en los funcionarios es de más de $1,6 millones al mes. Ello, a la vez, implica que del presupuesto del organismo un 56% se destina a gastos en personal, mientras sólo un 11,7% se orienta a fiscalización, que en 2009 llegó a sólo $1.425 millones. El ex director del Sernageomin, Alejandro Vio, recibía una renta bruta mensual de $5.694.840, mientras que el profesional que más gana percibe $2.732.900, un administrativo $897.051, en tanto que un auxiliar tiene un sueldo de $517.866.
Poco Aptos
Otro aspecto mencionado que va en contra del buen funcionamiento del ente fiscalizador, es la composición etaria del personal, pues cerca de un 50% tiene más de 45 años, y 71 de los 349 tiene más 55 años. “Se contrata a muchos jubilados del sector minero que ya no tienen las capacidades físicas para subir a las faenas que están a gran altura, y tampoco hay un gran interés por traer profesionales de calidad. En Santiago está cerca de la mitad del personal, y lo que se necesita es que estén fiscalizando en las regiones mineras del norte. Además, hay una gran rivalidad entre los fiscalizadores (mineros, les dicen) y los geólogos (entre 50 y 60), pero estos últimos en la práctica sólo exploran, pudiendo perfectamente fiscalizar considerando la falta de personal en terreno. Eso no se hace por viejas rencillas entre ellos y que se remontan desde los años '80”.
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