Al parecer, el origen de todos los males en cuanto al consumo de tabaco se trata residiría en una cuestión esencial: el cómodo y prodigio diseño de las cajetillas. Con una forma que llama al consumo, ese producto tendría sus días contados según un diseñador que se propuso hacer de los cigarros un fastidio.
Con un gran conocimiento de diseño a cuestas, el creativo pensó que una de las cosas que propiciaba esta adicción era el modelo de la cajetilla: fácil de transportar -cabía en el bolsillo del pantalon o fácilmente en una cartera-, cómoda, liviana y allí se le alumbró la ampolleta gracias a un original concepto, la “Antiergonomía”.
La ergonomía es toda aquella herramienta diseñada especialmente para adaptarse al ser humano de modo de producirle bienestar. Por ello, ir en contra de esta práctica -pensó- provocaría un quiebre en la relación que tienen los consumidores con la caja de 20 cigarros, como informaron en Oh! Gizmo:
Así comenzó una carrera por construir una cajetilla de Marlboro que reuniera una serie de características:
1.- La forma lo dice todo: un diseño de poliedro romboidal -modo diamante- que la hace incómoda para transportarla.
2.- Éste, además presenta problemas a la hora de suministrar los cigarrillos.
3.- Resulta un desastre para su almacenamiento en negocios pues, cuando lo pones en un expositor de cigarros, la marca queda oculta.
4.- La producción de un modelo así cuesta más que el rectangular, de modo que esto tendría un impacto en el precio del producto.
5.- Para sacar los cilindros debes luchar con las esquinas.
Sin embargo, pese a los argumentos de Askin, él cree que la palabra final la tienen los gobiernos y sus políticas de publicidad, además de la distribución, ya que gastan enormes cantidades de recursos al año en campañas publicitarias que intentan inferir miedo y, hasta el momento, nada de eso ha dado resultados satisfactorios … ¿Crees que rediseñar las cajetillas disminuiría el consumo?
0 comentarios:
Publicar un comentario