El suboficial Víctor Fierro participó activamente en el rescate de los reclusos del cuarto piso de la torre 5, que ayer resultó destruida por el fuego.
"Es terrible, no se lo doy a nadie... Hicimos todos los esfuerzos. Era algo que nunca había vivido en mis 29 años de servicio en Gendarmería".
Con estas palabras el suboficial Víctor Fierro Pino recordó las dramáticas escenas que protagonizó en la madrugada de ayer, cuando debió socorrer a los internos que se hallaban en medio de las llamas en la cárcel de San Miguel.
El funcionario relató que el cuarto piso de la torre 5 se convirtió "en un infierno" y que hoy tanto él como sus compañeros están consternados y se sienten impotentes ante la muerte de 81 reclusos que habitualmente custodiaban.
"Estamos muy dolidos, sentimos mucho lo que pasó. El personal actuó oportunamente, pero lamentablemente no se pudo hacer nada", afirmó Fierro visiblemente afectado.
El suboficial detalló que cuando llegó al lugar del siniestro "las llamas subían y bajaban. Nos caían los pedazos de colchones y frazadas en las cabezas. Tuvimos que mojarnos el pelo y cambiarnos de ropa. Con un oficial nocturno mojamos una de las casacas y quitamos el calor de los candados. Ahí pudimos abrir y sacar a la gente, si no, hubiesen muerto todos".
De acuerdo a lo indicado por Fierro, en un lapso de diez a doce minutos lograron escapar unos 70 reclusos, la mayoría del lado norte del cuarto piso.
En medio de la desesperación, según dijo, los reos lo empujaron contra la pared, por lo que sufrió lesiones que lo mantienen con un cuello ortopédico y un cabestrillo. No obstante, aseguró que no hubo intención de agredirlo, "porque ellos estaban conscientes de que los queríamos ayudar. Incluso después nos agradecían".
Fierro se encuentra hoy con licencia médica y bajo tratamiento sicológico y psiquiátrico debido al fuerte impacto que le causó esta experiencia.
Fuente: Emol.com