El mundo no terminará el 23 de diciembre de 2012, como lo augura una de las interpretaciones de las profecías mayas que circula en círculos esotéricos, aunque ese día sí habrá una conjunción planetaria que producirá un hermoso fenómeno astronómico, afirmó en julio 2007 el experto Alfonso Arellano de la UNAM.
El especialista del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explicó que en esa fecha 'concluye el actual ciclo cósmico' de aquella civilización precolombina, lo cual es aprovechado por 'muchos agoreros' para realizar 'espectaculares anuncios' en busca de adeptos.
Sin embargo, en su opinión, 'dichas profecías lo único que prevén es que el dios Bolon Yokte bajará del cielo, quizás por ser el dios que midió la Tierra con su paso al inicio del tiempo'.
Además, ese día coincide con la conjunción de Marte, Júpiter y Saturno, apuntó Arellano en una conferencia titulada 'Fuentes en piedra y papel', durante un foro organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
'Se verá una estrellota y el espectáculo será bonito, pero nada más, el mundo va a seguir, pues los mayas utilizaban sus augurios para momentos y lugares específicos y eso no se aplica a nosotros, en la actualidad', argumentó el estudioso, según un comunicado del INAH.
Para Arellano, las profecías mayas 'son concretas, no hablan del futuro, únicamente señalan que el presente ciclo de la creación comenzó el 13 de agosto del año 3113 a.C. y que los sucesos de esta cosmogonía terminan en la referida fecha del año 2012'.
'Luego, simplemente comenzará otro ciclo de 5.125 años con algunas horas menos por los ajustes astronómicos', destacó.
A diferencia de las cosmogonías griega o hebrea, añadió, en los relatos de los mayas se habla de múltiples 'creaciones previas', más incluso que las que refieren los mexicas, otra civilización precolombina que habitó en el actual territorio mexicano.
Según Arellano, las profecías mayas, aunque reflejaban el orden divino, también podían aplicarse al plano cotidiano, como para saber si era adecuado casarse, tener un hijo o sembrar el campo en una u otra fecha.
'Lo sagrado se cuaja en la cotidianeidad, eso narran los códices', sostuvo el investigador, al revelar que para aquella civilización los días podían ser 'propicios, neutros y negativos' y advertir que 'conocer esto era vital para distinguir en qué días se podían o no realizar ciertas acciones'.
Esta sabiduría, señaló, se dejó grabada en piedra, papel, hueso y cerámica, en textos que 'no se leen, sino que se cantan, se recitan, se ponen en música, se bailan, porque de lo contrario no funcionan'.
La civilización maya se extendió del año 1.000 antes de Cristo al siglo XVI de nuestra era, con la llegada de los españoles, por lo que es hoy la mitad sur de México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice.
Fuente : muchosmisterios.blogspot.com