Durante los últimos días hemos visto cómo los hackeos de sitios webs y cuentas bancarias, de correo electrónico o de redes sociales de muchas personas han sido intervenidas por personas que -en ocasiones- sólo buscan divertirse a expensas de otros, mientras en algunos casos lo hacen con un interés criminal.
Sin embargo, ¿sabías que en la mayoría de los casos, estos ‘hackeos’ son sólo consecuencia de confiarse a contraseñas excesivamente simples y por tanto, fáciles de adivinar o descrifrar?
Casi hace un año, usamos un blog personal para contarles cómo crear de forma fácil y rápida una contraseña imposible de hackear. Esta vez, resumimos sus 3 pasos aún más para ustedes:
1. Usa al menos 3 contraseñas diferentes
No pongas todos los huevos en la misma canasta. Para evitar que un descuido comprometa sitios más delicados como tu banco o tu correo, separa tus cuentas en 3 grupos (por ejemplo, redes sociales, correo y financieras), con 3 contraseñas diferentes.
También es aconsejable tener un 4º contraseña exclusiva para tu banco, ya que es el lugar más delicado donde un hacker malintencionado (cracker) podría querer llegar.
2. Recuerda las 5 reglas de oro para una contraseña
» Debe tener al menos 8 caracteres (idealmente, 10).
» Usa letras, números y símbolos, siempre que sea posible.
» Alterna entre mayúsculas y minúsculas.
» NUNCA bases tus contraseñas en cumpleaños, direcciones, teléfonos o cualquier otro dato personal que sea adivinable. ¡Es el punto más débil!
» JAMÁS escribas tu contraseña en papel, el computador u otro lugar.
3. Utiliza la mnemotecnia para crear una contraseña segura
Se trata de un simple juego que te permitirá obtener una contraseña infranqueable, pero fácil de recordar para ti. Consiste en tomar las primeras letras de una frase, a veces convirtiéndolas en números o símbolos, para crear una secuencia -en apariencia- ininteligible.
Veamos un ejemplo con la estrofa de una canción de Joan Manuel Serrat, “Penélope”:
“No hay un sauce en la Calle Mayor, para Penélope”
Si tomamos las primeras letras, convertimos “un” en número, las comillas en asteriscos y conservamos tanto la coma como las mayúsculas, nos queda:
*Nh1selCM,pP*
Puedes probar a crear tus contraseñas usando tus frases favoritas no sólo en canciones, sino en poemas, diálogos de películas o nombres de lugares. También puedes probar a usar las últimas letras en vez de las primeras, o agregar a la secuencia tu número de teléfono invertido.
Una vez creada, utiliza este sencillo medidor de fortaleza de Microsoft para determinar cuán segura es tu clave, donde “Weak” es una contraseña débil que no deberías utilizar, “Good” es buena y “Best” es la mejor de todas, aunque difícil de obtener.