Por Marcelo Stiletano
De la Redacción de LA NACION
Botineras , comedia dramática en tira. Con Nicolás Cabré, Romina Gaetani, Florencia Peña, Roberto Carnaghi, Damián de Santo, Isabel Macedo, Tomás Fonzi, Gonzalo Valenzuela, Emme y elenco. Libros: Esther Feldman y Alejandro Maci. Producción ejecutiva: Pablo Culell. Idea y dirección general: Sebastián Ortega. Una producción de Endemol y Underground, para Telefé. Primer capítulo: martes 24, a las 23.10.
Nuestra opinión: muy bueno
Con Botineras en marcha, será difícil de aquí en más no tentarse con el juego de las semejanzas entre ficción y realidad. En el alentador episodio inaugural de una tira que deliberadamente sale a buscar repercusión en más de un terreno vimos desfilar a buena parte de la flor y nata del universo mediático local ligado a la farándula y al fútbol: de Guillermo Coppola y el Bambino Veira a Marcelo Polino y Luis Ventura, pasando por varios cronistas deportivos con visible debilidad por las cámaras.
Todos ellos aparecen en el comienzo de la historia interpretándose a sí mismos o con veladas referencias a figuras que registran asistencia perfecta en los programas chimenteros y autorreferenciales de la TV. Nadie debería sorprenderse, entonces, si empiezan muy pronto a proliferar en esos espacios los cruces entre botineras ficticias y reales, a partir de todos los nombres propios que no tardarán en surgir de rápidas o interesadas lecturas entre líneas.
Video: debutó Botineras (Telefé)
Sin embargo, el verdadero juego de las semejanzas que se activa en Botineras tiene mucho más que ver con la historia reciente de las ficciones televisivas (y, como se verá inmediatamente, también cinematográficas) que con una realidad de alta exposición y frágil sustento. No debe haber nada menos trivial que este mundo de pura pantalla, construido a golpes de zapping y escandaletes de bajísimo vuelo.
Cada nueva producción televisiva de Sebastián Ortega llega con reminiscencias de alguna película más o menos recordada. En este caso, la trama central de Miss Simpatía aparece conectada con el punto de partida de Botineras . A imagen y semejanza de Sandra Bullock, Romina Gaetani cumple con profesionalismo y temeridad su trabajo en una brigada policial (lo comprobamos durante la espectacular secuencia inicial de un procedimiento antidrogas, tiroteo incluido). Pero su jefe (el siempre rendidor Roberto Carnaghi) le asigna otra función, la de agente encubierta en una empresa que bajo un disfraz glamoroso se ocupa de asegurar el futuro de chicas resueltas y bien dotadas junto a la élite de los futbolistas argentinos. Allí aflorará en ella una sugestiva sensualidad disimulada por el sentido del deber.
MetamorfosisSe trata de una transformación que remite inmediata y explícitamente a Los exitosos Pells , la anterior producción del tándem Underground-Endemol-Telefé. La línea de continuidad empieza con este dato y sigue a través de varios indicios fuertes (montaje, dirección artística, impronta visual) más la configuración que adquieren algunos personajes atractivos y de alta exposición. El mejor es Giselle López, la cínica y ambiciosa dueña de la agencia de marras y de las frases más filosas, a quien Florencia Peña le saca todo el jugo con sus admirables dotes de comediante.
Lo que también nos dice este papel es que el universo femenino es el mejor aprovechado en el arranque del relato: con más temperamento que palabras, Gaetani experimenta su metamorfosis con gran convicción. Lo mismo ocurre, en otro registro, en los casos de Isabel Macedo y la muy expresiva Emme. Entre ellas y el siempre sorprendente Diego Reinhold (también en línea con su personaje de Los Pells ) empieza a apuntalarse esta suerte de comedia dramática de tintes policiales, cuya intriga nace del misterioso asesinato de un futbolista español en Madrid y se prolonga en el regreso a Buenos Aires de su archirrival argentino, el Chiqui Flores (Nicolás Cabré, con su clásico festival de tics y balbuceos), involucrado en el hecho.
El acercamiento entre Cabré y Gaetani se vislumbra inexorable, tanto como otra manifestación del juego de las semejanzas televisivas: Botineras es una versión sofisticada, elegante, más cargada de intriga y guiños irónicos hacia la actualidad mediática del modelo coral y costumbrista, representado por las ficciones de Pol-ka ( RR DT y Son amores muestran la conexión más visible). La codicia y el cálculo reemplazan a los vínculos familiares y habrá que ver quién es capaz de sostener con más fuerza el lugar ganado en este mundo cargado de artificios, promesas y seducción. La calificación que encabeza estas líneas corresponde a un debut de auspicioso equilibrio entre la comedia, la ironía y la intriga policial. Veremos si perdura, mientras avanza el juego de las semejanzas.
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