El cantante americano de soul Solomon Burke ha muerto hoy poco después de aterrizar en el aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol procedente de Los Ángeles. Tenía 70 años. Premio Grammy y miembro del Rock and Roll Hall of Fame, Burke era, según el productor de R&B Jerry Wexler, "el mejor cantante de soul de todos los tiempos".
El músico falleció por causas naturales en la mañana del domingo poco después de aterrizar en el aeropuerto de Ámsterdam, donde tenía previsto dar un concierto el próximo martes con la banda de rock holandesa De Dijk en la sala Paradiso.
"Estaba todavía en el aeropuerto, pero ya había salido del avión cuando murió", ha declarado a la agencia AFP Willem Venema, responsable de Double Vee Concerts, empresa que organizaba sus en los Países Bajos. "Su vuelo aterrizó a las 06.40 y él murió entre las 07.15 y las 07.30 de la mañana, hora local. Falleció por causas naturales en presencia del personal médico del aeropuerto", precisa Venema.
Nacido en Filadelfia el 21 de marzo de 1940, Burke saltó a la fama con temas como "Cry to Me," "Just Out of Reach (Of My Two Open Arms)" o "Got to Get You Off My Mind". De enormes dimensiones, lucía orgulloso sus excéntricos trajes y su sobrenombre: "el rey del rock and soul". Su carrera despegó hace medio siglo y tuvo un revival en 2002 con el premiado álbum "Don't Give Up On Me."
Considerado como uno de los padrinos del soul junto a Ray Charles y Sam Cooke en los años 50, época en la que transgredieron las reglas que separaban el gospel del R&B, fue coronado como el "rey del rock and soul" por su tema "Tonight the night" en 1964.
"Everybody Needs Somebody to Love", otro de sus grandes clásicos bailables, fue versionado por los Rolling Stones. La banda británica bebió de Burke, Otis Redding y Wilson Pickett en sus inicios. También los Blues Brothers popularizaron esta canción en la película de John Landis en 1980.
Gospel, pop y country en los inicios del soul
Aunque nunca tuvo un gran impacto en la cultura popular ni consiguió colar ninguno de sus éxitos en el Top 20, fue un pionero clave y tempranísimo del soul. En sus singles para Atlantic en los años 60 llevó la influencia country al R&B. Bert Berns fue su productor de referencia. Con él cocinó piezas memorables que mezclaban gospel, pop y country. Una receta básica en los inicios del soul.
Burke cultivó sus raíces gospel mucho más que otras estrellas del soul. Predicó en la iglesia de su familia en Filadelfia y condujo su propio programa de radio antes incluso de llegar a la adolescencia.
Sus primeras grabaciones de gospel y R&B para Apollo empezaron a mediados de los 50. Y como a algunos de sus colegas (Aretha Franklin y Wilson Pickett entre ellos), lo terminaron de dibujar cuando firmó con Atlantic en los 60. Aquella fue su década prodigiosa, cuando parió sus mejores piezas.
Juan Pablo II, uno de sus mayores fans
Sus fans, entre los que se encontraba el Papa Juan Pablo II, que le invitó a actuar varias veces en el Vaticano, aplaudían "I have a dream", compuesta en homenaje a Martin Luther King.
En 2002 editó "Don't give up on me", álbum con el que ganó un Grammy y donde colaboraron artistas como Bob Dylan, Elvis Costelo, Van Morrison, Brian Wilson, Tom Waits o Nick Lowe.
"La única cosa que no sé es en qué nota estaba llorando cuando vine a este mundo", sentenció este gigante predicador, padre de 21 hijos que le dieron 90 nietos y 19 bisnietos.
Burke deja un legado musical de 35 álbumes y más de 17 millones de discos vendidos.
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