Google Buzz ha recibido una lluvia de críticas por invasión a la privacidad, y aunque han intentado resolverlos reaccionando bastante rápido y pidiendo disculpas, no han logrado salvarse de fuertes quejas oficiales y ya recibió la primera demanda en su contra.
El problema con Buzz es el siguiente: cuando se lanzó, el sistema hizo un “autofollow” a todos los contactos con quienes compartes mails de forma frecuente, asumiendo que se trata de personas con las que te interesa compartir. Sin embargo, resulta que las personas ocupan el mail de una manera diferente a cómo ocupan las redes sociales, y ese supuesto no siempre se cumple.
Por ejemplo, ¿qué pasa si es que tuve un problema en mi baño y debí enviar muchos mails al gásfiter? No significa que quiera al gásfiter en mi red social. O si envío muchos correos a mi abuela, no significa que la quiera en Twitter.
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