El artista afirma que 'Escalera hacia el cielo', que se exhibe en ARCO, no es antisemita sino una muestra de la alianza de civilizaciones
Madrid. (Agencias).- La embajada de Israel en Madrid envió un comunicado subrayando su rechazo frente a obras que el artista catalán Eugenio Merino presenta en el stand de la galería AND en la feria ARCOmadrid 2010. Concretamente, muestra su rechazo contra la pieza titulada Escalera hacia el cielo, que muestra a tres creyentes (un musulmán, un cura y un judío) orando uno encima de otro.
La embajada israelí considera que las obra de Merino tienen "elementos ofensivos para judíos, israelíes y seguramente para otros". "Valores como la libertad de expresión o la libertad artística sirven en ocasiones de simple disfraz de prejuicios, de estereotipos o de la mera provocación por la provocación", alega. Igualmente, señala que un mensaje "ofensivo no deja de ser hiriente por pretender ser una obra artística". "Consideramos que éste es uno de estos casos y lo manifestamos siendo conscientes de que éste tipo de provocaciones tiene éxito, precisamente porque el sentido común no puede dejarlas sin respuesta", considera.
Merino ha afirmado tras conocer la reacción de Israel que su obra representa una "imagen positiva" y "el que quiera verla negativa, es su problema". En este sentido, el artista reconoció que no es "antisemita" y que sólo se dedica al arte. "Yo me dedico al arte y acepto que piensen lo que quieran. He hecho una pieza que se supone que habla de la unidad de las religiones y de la alianza de civilizaciones en cualquier caso.
Siempre hay problemas con dónde pones a uno y dónde a otro, y hay que elegir", alegó Merino.
En esta misma línea, explicó que con la religión siempre hay "problema" y precisó que ha intentado ser "respetuoso al máximo". "Acepto su crítica pero ellos deben aceptar mi trabajo", indicó este artista, quien considera que su pieza no es "agresiva" porque tiene un "aire de cierta religiosidad". "Siempre hay una opinión o interpretación que no puedo controlar. Lo que otros piensen depende de muchos elementos que no puedo controlar, como el lugar donde hayas vivido. La lectura de la obra es muy clara: es una torre donde las tres grandes religiones colaboran para llegar a un mismo fin. El mismo fin es Dios", explicó Merino, quien reconoció que "tanta polémica" no le interesa.
"Todos ellos tienen una clase de libros y profetas que comparten, y simplemente propongo una alianza y aceptación de todos los valores que tienen unos y otros", agregó el artista, para quien la provocación "está en toda obra de arte".
Respecto a otra pieza, colocada también en la galería ADN, en la que aparece un candelabro y una metralleta, reconoció que quizás ésta sea un poco "más ofensiva". "Pero, en el fondo también habla de paz", insistió. "La metralleta es una Uzi, una metralleta israelí. Proponía una visión donde se reciclan los elementos para convertirlos en otra cosa que no mata", explicó. "Puedo aceptar que alguien me diga que mi obra no acaba de ser lo que parece, pero al final lo que yo digo que he hecho, es lo que es", concluyó.
Una coleccionista judía compra la obra
Preguntado por la compradora de la pieza por parte de una coleccionista judía belga, Merino indicó que no conoce el destino final de esta pieza.
En este sentido, el director de la galería ADN, Miguel Ángel Sánchez, matizó que la compradora le había comentado que tenía la intención de colocar la pieza en una institución o fundación, pero precisó "que sólo fue un comentario".
El galerista mostró su satisfacción por la compra realizada ya que esta obra irá a parar a una institución, la Fundación Shimon Peres, "una fundación internacional infantil que promueve la tolerancia y la no violencia".
Fuente: Emol
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