Si crees que Italia es un país flexible, donde sus habitantes pueden desenvolverse con naturalidad y gozar de su libertad, estás completamente equivocado, pues en varias localidades de la península causan sorpresa las insólitas prohibiciones y suculentas multas para quienes las infrinjan.
Esta situación comenzó a generarse en 2008, cuando Silvio Berlusconi llegó al poder y emitió un decreto que permitía a los ayuntamientos (municipalidades) del país aprobar sus propias normativas relacionadas con la seguridad y el orden público, tal como informa diario El Mundo. Desde ese entonces, que comenzaron a dictarse ordenanzas que rayan en lo absurdo.
La más reciente, sería aprobada hoy en Castellmmare, un sector costero que busca prohibir que las mujeres usen ropa “provocadora” como minifaldas o vestidos escotados. De no cumplir el reglamento, las señoras y señoritas arriesgan una sanción de 500 euros, es decir, cerca de 340 mil pesos chilenos.
Otro ejemplo de leyes absurdas es Eraclea, una localidad veneciana donde está prohibido pasear por la playa sin polera, jugar a la pelota, construir castillos de arena y recoger conchas.
Asimismo, la zona de Eboli, ubicada en Salerno, castiga con una multa de hasta de 500 euros a quienes estén dentro de un vehículo en actitud “amorosa” en el sector de Palasele, uno de los lugares preferidos de los enamorados.
En tanto, en Toscana de Lucca, está estrictamente prohibido alimentar a las palomas y en Cesena no se puede dar de comer a los gatos abandonados.
En Sanremo, por otro lado, lo insólito no es que se impida contratar los servicios de una prostituta, sino que sea ilegal hablar con una de ellas.
Reggio Emilia y Brescia, además, prohíben sentarse en las escaleras de edificios históricos.
Y si te da hambre en Roma, Florencia o Trapani (Sicilia) ni se te ocurra comerte un sándwich en la vía pública, porque te costará una multa de varios euros.
Tampoco te recomendamos sacar una patineta en el sector costero de Montuno, porque deberás responder ante las autoridades.
Como si fuera delito, en la playa nudista del Lido de Dante (en Rávena), el alcalde prohibió escuchar música desde las 13:00 hasta las 16:00 horas. Además, no se permite recostarse en los primeros 200 metros cercanos a la orilla.
Capri y Positano, son otras playas ejemplares, si de normas absurdas se trata. Aquí no se puede comer sándwich (bocata) en la playa ni andar con sandalias por el centro de la localidad.
Y así, hay otras tantas leyes insólitas en Italia, que no dejan de impactar a los visitantes, quienes deben dejar de hacer sus actividades cotidianas para evitar las suculentas multas, que en casi todos los casos superan los 500 euros.
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