Los Picapiedra: Cumple 50 años en la TV | Farandula y Noticias
lunes, 27 de septiembre de 2010

Los Picapiedra: Cumple 50 años en la TV

El 30 de setiembre de 1960, ABC emitió el primer capítulo de la familia más popular de la televisión.


Cuando los dinosaurios compartían espacio con los urbanizados cavernícolas, una familia reinaba: los Picapiedra. La cuaternaria estirpe creada por William Hanna y Joseph Barbera, cuyas aventuras en la ciudad de Piedradura (Bedrock en el original en inglés) cautivaron la imaginación del público estadounidense desde el 30 de setiembre de 1960, día en que la señal de ABC propaló su primer capítulo.

Nació como una comedia de situaciones basada en los contrastes: Pedro (Fred Flintstone) lleva la iniciativa mientras su vecino Pablo (Barney Rubble) será el obligado cómplice. En la versión castellana llevan nombres de apóstoles, pero se comportan más como una pareja cervantina: un gordo Quijote teje febriles planes mientras un pequeño Sancho intenta hacerle entrar en razón. Serán sus sufridas esposas, Vilma y Betty, quienes terminen rescatándolos de sus fracasados intentos.


Los días de Pedro Picapiedra no diferían mucho de los de cualquier trabajador estadounidense de mediados de siglo XX: ocho horas diarias de trabajo en la cantera, póker los martes con los vecinos, viernes de boliche o con la hermandad de los Búfalos Mojados. Barbacoas de brontosaurio en el jardín los sábados y, los domingos, paseos familiares en el troncomóvil. Una transcripción que intentaba ser exacta, pero en cuyas sutiles diferencias se basaba el humor característico de la serie: electrodomésticos reemplazados por animales, pájaros en cámaras fotográficas, ruedas de piedra y baile de puntillas antes de poner en marcha un troncomóvil. Ejemplos de verdaderos clásicos de la comedia.


Pero no todo era chiste. A 50 años de distancia, no deja de sorprender la temática de aquella primera serie animada de televisión enfocada en el público adulto: En “Los Picapiedra” se abordaron las angustias de la maternidad y los temores paternos, las ríspidas relaciones entre suegros y yernos, la ludopatía de Pedro, el consumismo de Vilma, el sobrepeso y, sorprendentemente, la infertilidad en el caso de los Mármol, padres adoptivos del pequeño Bam-Bam.

Fuente: elcomercio.pe

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