El Ministerio de Salud acaba de prohibir la venta de efedrina, pseudoefedrina y norefedrina, para evitar así que en Chile se instale la moda de fabricar en laboratorios clandestinos o de manera casera una adictiva droga, que puede provocar desde la euforia hasta la paranoia.
La macabra “meta” del speed
Britney Spears declarando ser el anticristo antes de tratar de suicidarse, Andre Agassi cayendo al número 141 del ranking mundial de tenis en 1997 o Fergie pesando 40 kilos y pintando de negro las ventanas de su casa por su delirio de persecución... Estos son tres momentos distintos de tres personalidades que dicen haber pasado, por entonces, el peor momento de sus vidas y carreras, coincidentemente, siendo adictos a la metanfetamina.
Se la conoce como speed, meta, ice, o cristal, y se fuma, se inyecta, se aspira o se traga. Es una droga que se presenta como una roca cristalina (crystal meth) o un polvo blanco, y aunque en Estados Unidos algunos la han catalogado de epidemia, en Chile recién se han comenzado a tomar medidas más serias para evitar que se propague en el país.
El speed nació como un estimulante, el ideal para que los kamikazes de la Segunda Guerra Mundial estuvieran alerta para combatir, y puede afectar el sistema nervioso central, aumentando la liberación del neurotransmisor dopamina, asociada a los sentimientos de placer, generando así la sensación de bienestar, lucidez, reducción de apetito, y unas 7 u 8 horas de euforia.
Inmediatamente, el organismo intentará volver a equilibrar la dopamina en el cerebro, pero no es una tarea fácil, ya que la droga consumida no permitirá que la neurona de donde salió el neurotransmisor lo reabsorba, como lo explica el psicólogo y director ejecutivo de la Fundación Paréntesis, Paulo Egenau.
“Luego hay un vaciamiento dopaminérgico; hay dificultades para regular el estado de ánimo -eso es el ‘efecto rebote’-, y a medida que se repita el consumo, se irá cayendo por debajo de la línea de estado emocional normal y se presentará la angustia, las disforias y un estado de malestar que es muy complejo”, comenta.
A eso se le suman los efectos que informa el NIDA (National Institute on Drug Abuse) de Estados Unidos, que son la pérdida extrema de peso, ansiedad, confusión, estados de ánimo cambiantes y comportamiento violento.
“Las personas con historial de abuso prolongado de metanfetamina también demuestran varias características psicóticas, como paranoia, alucinaciones visuales y auditivas y delirio (por ejemplo, la sensación de tener insectos que caminan debajo de la piel)”, se informa.
Asimismo, uno de los deterioros más visibles entre los consumidores habituales de esta droga es lo que se denomina el síndrome “meth mouth” o “boca de metanfetamina”, producido por los tóxicos químicos que la componen cuando se elabora de manera artesanal, y que se manifiesta con heridas importantes en la lengua, hinchazón de las encías hasta la pérdida de las piezas dentales -las que toman un color verdoso- y llagas en la boca.
Además, como explica la directora de la Corporación Esperanza, Ana Luisa Jouanne, puede producir insomnio a tal nivel, que “han habido casos en que personas han estado hasta 15 días sin dormir”, dañando su sistema nervioso.
Es por este motivo que Jouanne fue una de las primeras en dar la voz de alerta -luego de conocer la expansión de la droga en Estados Unidos-, para que la efedrina, pseudoefedrina y norefedrina, que pueden ser utilizadas en la elaboración del speed, formaran parte del decreto elaborado por el Ministerio de Salud, en el que se establece la prohibición de su venta en el país, afectando a más de trescientos fármacos que los tienen entre sus componentes.
Chao efedrina
Un estudio recientemente revelado por la Fundación Paz Ciudadana, mostró un preocupante incremento del consumo de metanfetamina entre los delincuentes, 1,5% a 12,3%, en los últimos cinco años.
La cifra no pilla tan de sorpresa, cuando se recuerda que ya el año pasado -meses antes que la ONU alertara de un descarado crecimiento del consumo de drogas sintéticas- mil 100 kilos de efedrina fueron incautados en Chile, antes de que fueran a parar a México, país donde ya estaba prohibida debido a su frecuente uso en la elaboración -en laboratorios clandestinos o de manera casera- de la metanfetamina.
De hecho, Jouanne menciona que lo común en EE.UU. es que los jóvenes preparen, con la pseudoefedrina sacada de los medicamentos, su “batido” de metanfetamina en una botella desechable de dos litros.
La directora de la Corporación Esperanza hace hincapié en que su preocupación no va por el tráfico de esta droga, sino más bien en la elaboración personal para su consumo, tomando en cuenta que con grajeas que contienen 60 miligramos de pseudoefedrina, se logra “recuperar” hasta 35 ml.. De esto, es posible hacer 14 ml. de metanfetamina, cuya dosis suele ser de 5ml. por persona.
“Eso es lo que preocupa y queremos impedir en Chile. Porque una vez que se instala ese consumo, el nivel adictivo es tan alto, y es una droga tan poderosa, tan nociva para el cuerpo, y que está asociada a comportamientos tan violentos, que como país tenemos que hacer todo el esfuerzo necesario para evitar que entre como moda”, comenta. “Esto no es una sobrerreacción”.
Sin embargo, Egenau defiende la idea de que “las prohibiciones en el mundo no han dado mucho resultado” y apela a que se entregue mayor información a los jóvenes, de manera directa y sin exageraciones, para que comprendan el daño que puede producir en ellos el consumo de drogas como éstas.
Fumada es peor
“La vía de ingesta más directa, y por lo tanto, que genera una más rápida dependencia es la inhalación de gases, el fumar, contrariamente a lo que la gente piensa, que es inyectándose”, comenta Egenau, explicando la manera de consumo que más adicción podría generar, tanto de ésta como de otras drogas.
En cuanto a su tratamiento, al igual que con otras adicciones, todo dependerá del daño que la droga haya generado ya en el sujeto, y la relación que éste tenga con la sustancia, que nunca será la misma entre persona y persona.
“Se toma en cuenta la droga consumida, la dosis, la pureza de la sustancia, la vía de ingestión e influyen fuertemente las características físicas de la persona, sus emociones, su entorno, sus redes sociales”, señala el psicólogo.
Por su parte, Jouanne advierte que “Chile no tiene más capacidad para este tipo de adicciones. Sólo el 6% de quienes tienen un consumo problemático puede rehabilitarse, (así que) no podemos adquirir un nuevo tipo de adicción que tiene un crecimiento exponencial y una adicción severa, tal cual pasa con la pasta base”.
Los fármacos en la mira
La metanfetamina ha sido utilizada en los tratamientos para la obesidad, al igual que las anfetaminas, pero desde el año 2000 se prohibió el uso de ambas para tales fines. Sin embargo, la metanfetamina aún está presente en algunos medicamentos utilizados, por ejemplo, para el déficit atencional, como el Cidrín. En cuanto a la efedrina, pseudoefedrina y norefedrina, se estima que componen cerca de 322 fármacos.
Entre los que deberán sustituir tales compuestos están los antigripales Trioval, Nastizol, Tapsin, Cotedol, Nastifrin, Cotibin, entre otros. Los antialérgicos también se verán afectados con la medida del Ministerio de Salud, por lo que Lertamine, Nastul, Remitex D, Alexia D, Histalen D, Alertop D, Zyrtec D, y Alledryn, aparte de otros medicamentos, también deberán hacer cambios entre sus ingredientes. Lo mismo sucederá con los descongestionantes Pironal Flu, Dexan, Congestex, Rinomex, Deucodol Plus, Duoval, entre otros.
Fuente: Emol.com
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